25 junio 2019

Aprendices comprometidas con el medio ambiente

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Yusney Carabalí y Luz Mari Velasco, aprendices de la Técnica en Manejo Ambiental (T.M.A) de nuestro Centro, son mujeres comprometidas con su familia y su formación académica; ellas asumieron el papel de madres cabeza de hogar, pero decidieron que nunca es tarde para empezar a estudiar, igualmente que la edad no es una limitación para cumplir los sueños y ser un ejemplo de vida para sus hijos.

Luz Mari desde joven, tuvo el interés de trabajar en pro del medio ambiente, pero no se había decidido a aprender esto que tanto le gustaba por dedicarse solo a su hogar; pero cuando su hija falleció y quedó a cargo de su nieta, ella tomó la decisión de retomar sus estudios; se graduó como bachiller el año pasado e inmediatamente se inscribió al SENA, presentó las pruebas y fue seleccionada como aprendiz en este centro. “Primero tenía miedo al ingresar al SENA porque pensaba que me iban a juzgar por mi edad, tengo 58 años y lo más complejo de entrar a estudiar ha sido que mi tiempo lo tengo que dividir, debo organizarme para hacer mi papel en la casa sin descuidar mi formación”, indicó.

Para ella su formación en el Centro es muy importante, además de adquirir conocimientos y poder ejercer lo que siempre le ha gustado, se prepara como una mujer integral; demostrando que el esfuerzo y la dedicación son esenciales para una mejor calidad de vida. “Para mí el SENA es una bendición porque es una gran entidad, aparte de lo que aprendemos como personas, ellos nos dan las herramientas para desempeñarnos laboralmente; yo pienso que si tenemos la oportunidad de hacer realidad los sueños, no hay que tener miedo al qué dirán y pensar que porque somos mayores no podemos hacerlo, al contrario hay que dar ejemplo de que si se puede hacer las cosas cuando las anhelamos de corazón”, manifestó Velasco.

Yusney Carabalí, fue madre adolescente y parte de su vida la dedicó a su hogar, siendo sus tres hijos el motor que la impulso a seguir adelante y fueron ellos los que la motivaron a capacitarse para elevar su autoestima y dedicarse a proteger el medio ambiente, ya que era algo que le apasionaba, porque en su comunidad asumía el liderazgo en su barrio en el proceso de reciclaje, pero desconocía mucha información y al comenzar a estudiar en el SENA contó con las bases para continuar con su compromiso ambiental.  

“En la comunidad ya hablo técnicamente gracias a los conocimientos adquiridos en el SENA, vivo cerca de un canal de aguas residuales y los vecinos siempre iban a arrojar los desechos ahí, razón por la cual terminaba alegando con ellos; pero ahora al hablarles de forma más clara ellos entienden y son más conscientes del daño que causan, además he ensañado a mis vecinos a separar y reciclar, de esta manera estamos ayudando a minimizar los residuos”, manifestó Carabalí.

Estas aprendices son gestoras ambientales en su comunidad, lo aprendido en su formación académica es implementado en el sector donde viven, brindan educación y sensibilización ambiental, realizando actividades formativas. “Me gusta el tema ambiental porque es una manera de aprender y poder concientizar a las personas, de esta forma buscar soluciones para ayudar a mitigar la problemática del medio ambiente y el cambio climático, protegiendo la biodiversidad”, indicó Luz Mari Velasco.

A través de estas acciones que asumen nuestras aprendices se refleja la participación activa de las mujeres en todos los niveles de adopción de decisiones sobre el medio ambiente, la integración de sus preocupaciones y soluciones haciendo uso de lo estudiado.

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